Va a hacer casi 3 meses que tengo un borrador de anotación aquí sobre un tema que me está empezando a preocupar bastante, y es el de la cara que le echan algunos agricultores de mi pueblo a arrancar pinos —que están protegidos— para plantar fresas.

Por una parte comprendo que es una put*d* que tengas un pino en TUS tierras y no puedas arrancarlo para plantar lo que quieras, hasta ahí lo podría entender… pero lo que no entiendo es cómo puede la gente apropiarse de terrenos públicos para incluirlos en su plantación.

Como decía, hace casi 3 meses que vi esta noticia en el Huelva Información, de la que pongo un extracto:

El lugar de la plantación está en una curva, en una zona quemada hace algunos años, junto a la carretera forestal asfaltada de Santa Catalina, lindando con una parcela de fresas, lugar donde «algunos de los pinos quemados han sido arrancados y otros están agrupados formando montones, con la muy probable intención de ampliar la finca de fresa», afirmó el portavoz de Ecologistas en Acción.

Por lo visto, alrededor de 100 personas ocuparon el terreno como protesta, y la verdad, no sé cómo habrá quedado la cosa. A ver si un día de estos me paso por allí y le echo un vistazo.

Bueno, como esto va de ecologistas y tal, uno incluso podría llegar a pensar que están exagerando un poco… pero el otro día me encuentro con esta otra noticia. En ella se habla de la memoria de 2005 de la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Huelva, y podemos encontrar lo siguiente:

Un año más, la Fiscalía onubense dedica un apartado especial a los delitos contra el urbanismo (se han tramitado pocas causas en este apartado y destaca la agilización de los auntos pendientes) y contra el patrimonio histórico. Sin embargo, pese al escaso número de causas que entraron a lo largo del pasado año, llama la atención como asuntos «especialmete preocupantes de futuro» los cambios de uso de forestal a agrícola en las zonas próximas al Parque Nacional de Doñana, concretamente en los municipios de Moguer, Palos de la Frontera, Lucena del Puerto, Bonares y otros puntos de la zona de aplicación del Plan de Ordenación del Territorio del Ámbito de Doñana.

Según la Fiscalía, estos cambios están ocasionando «importantes y cuantiosos daños» tanto sobre la flora como sobre otros elementos de uso público que configuran el hábitat natural y que incluso pueden llegar a perjudicar la supervivencia de especies emblemáticas del Parque Nacional de Doñana.

El otro día ya me comentaron que la Junta de Andalucía parece que ha tomado cartas en el asunto en algún caso, y a los infractores les puede costar un buen dinero el tema.

Tenía por aquí algunas fotos que hizo un amigo en un terreno público que estaba siendo… digamos que un poquito preparado para convertirlo en plantación de fresas. ¡Qué pena que no las encuentro! :-(. Este amigo vino preocupado a pedirme la cámara de fotos por si algún día servían para algo.

Y nada, aquí estuvimos un rato hablando sobre la pena que sería el que el monte de Lucena se convirtiera en un mar de plásticos, como ha pasado en El Ejido… En fin, espero que no lleguemos a tanto y las autoridades competentes sepan mezclar crecimiento económico con ecología, que parece que últimamente a los empresarios freseros con eso de ser el motor económico de la zona se les consiente todo.